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Foto del escritorLaura Villalobos

Newsletter: La Trinidad en nuestra vida de oración

Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre. (Juan 14:13 NTV)


No sé si te ha pasado como a mí, que en algunos momentos cuando estoy orando o escucho a alguien más orar me surgen estas preguntas en la mente: ¿A quién estoy dirigiendo mi oración? ¿Al Padre? ¿A Jesús? ¿Al Espíritu Santo? Me pasa que algunas veces inicio mis oraciones dirigiéndome al Padre Celestial, pero otras veces le hablo a Jesús.


Y si has llevado un discipulado o estás en ese proceso, notarás que hemos sido instruidas en terminar nuestras oraciones diciendo «en el Nombre de Jesús», pero ¿qué significa esto realmente?


Ninguna de nosotras duda del poder de la oración, ¿cierto? Pero, como dice Max Lucado en su libro «Todavía remueve piedras», lo que hace poderosa la oración es Aquel que la escucha y tiene el poder para responder. Por eso, para que cada una de nosotras tenga más apetito por orar, es necesario que nuestro corazón conozca cómo la Trinidad participa activamente en la oración y así nuestra mente no se desvíe ni a izquierda ni a derecha con preguntas confusas.


Hoy queremos compartirte tres verdades que te ayudarán a comprender de manera práctica la maravillosa presencia de la Trinidad cuando oramos.


Verdad #1: Le oramos al Padre, ya que Jesús nos lo enseñó así  


Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, la primera frase que Él pronunció fue «Padre Nuestro», en una clara referencia de que, ante quien nos presentamos a clamar, es el Dios Padre.

Esta enseñanza de Jesús es reafirmada en muchos pasajes del Nuevo Testamento ya que aprendemos que quien concede toda buena dádiva, nos dará lo que le pedimos en cumplimiento de Su voluntad y suple nuestras necesidades es el Padre Celestial.

Cada vez que el Señor Jesucristo modelaba Su vida de oración, apuntaba directamente al poder de Su Padre para escuchar y contestar, como lo leemos en Juan 11:41-42.


Verdad #2: Nos acercamos al Padre en el Nombre de Jesús


Hebreos 12:24 nos explica que Cristo es el mediador del nuevo pacto entre Dios y la gente, es decir, que es a través de Él que tenemos el camino abierto para acercarnos personalmente al Padre y orar. Por eso pedimos «en el Nombre de Jesús», ya que, según leemos en Juan 14:13, significa comprender que lo que rogamos a Dios Padre debe estar de acuerdo a Su voluntad como si Jesucristo mismo lo estuviera pidiendo. Es en la autoridad de Cristo que venimos (Mt 28:18) con el fin de buscar la gloria del Padre.


Verdad #3: El Espíritu Santo nos ayuda cuando no sabemos cómo orar 


La tercera persona de la Trinidad también tiene una hermosa participación en nuestra vida de oración. Sin Su ayuda y dirección, las oraciones podrían estar más llenas de nuestra humanidad de lo que quisiéramos. Romanos 8:26-27 nos explica que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad cuando no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración. Es Él quien ora por nosotras con gemidos que no pueden expresarse con palabras, intercede por nosotros los creyentes en armonía con la voluntad de Dios.


Estas verdades son esperanzadoras. Es alentador saber que, en ese preciso momento en el que derramamos nuestro corazón en ruegos y súplicas, nuestro Padre Celestial nos escucha por los méritos de Jesús y con la ayuda del Espíritu Santo.


Amada hermana, te animamos a seguir orando. La batalla que libras en cada petición está respaldada por la gloriosa presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.



 

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Escrito por Laura Villalobos

Diseño: Rhaien Vivar

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