La Historia de vida del Apóstol Pedro
- Andrea Moreno
- 15 mar 2024
- 6 Min. de lectura

Al hablar acerca de la Iglesia, no podemos dejar de pensar en aquellos hombres comunes y corrientes que JesĆŗs eligió como Sus discĆpulos para que iniciaran la transformación del mundo a travĆ©s de la edificación de lo que hoy conocemos como la Iglesia de JesĆŗs. En esta edición, nos centraremos en dar a conocer a uno de estos primeros seguidores y discĆpulos que JesĆŗs eligió:Ā Simón Pedro.
Su historia, desde el momento en que fue llamado por JesĆŗs para seguirle y hasta el dĆa de su muerte, nos muestra la vida de un verdadero seguidor de JesĆŗs. No porque haya sido un hombre perfecto que nunca falló ni cometió ningĆŗn error; sino todo lo contrario. Es la vida de Pedro, como discĆpulo, con la que mĆ”s nos podemos identificar y en la que podemos ver claramente la continua gracia y misericordia de JesĆŗs. Pero, antes de profundizar en esos sucesos y encuentros con JesĆŗs que fueron transformando su vida por completo, conozcamos un poco su trasfondo y origen.
Pedro era originario de Betsaida, pero vivĆa en CapernaĆŗm (ambas, ciudades de Galilea, el norte de Israel). En los evangelios de la Biblia sólo encontramos el relato de su vida desde el momento en que JesĆŗs lo eligió para que se convirtiera en Su seguidor. Esto sucedió cuando Pedro se encontraba en sus labores diarias como pescador, en medio de tantos intentos fallidos de pesca y despuĆ©s de haberle prestado su barca a JesĆŗs para que enseƱara a una multitud.
Un encuentro
La historia de ese encuentro detalla que JesĆŗs le rogó a Pedro que apartara un poco la barca de la orilla para poder enseƱar desde ahĆ (Lc 5:1-11). Cuando terminó de hablar, se dirigió nuevamente a Simón para decirle que intentara pescar una vez mĆ”s. Pero Ć©l, con obvia y justa razón, le respondió con incredulidad explicĆ”ndole que ya habĆa pasado toda la noche pescando sin Ć©xito alguno. Sin embargo, su respuesta final denota que en su corazón tambiĆ©n habĆa cierta fe en JesĆŗs, al decirle: Ā«pero porque TĆŗ lo pides, echarĆ© las redesĀ» (Lc 5:5). Seguramente, esa semilla de fe fue sembrada en Ć©l cuando su hermano AndrĆ©s, quien tambiĆ©n se convertirĆa en discĆpulo, le habĆa comentado que JesĆŗs era el MesĆas que tanto habĆan esperado (Jn 1:40-41); y tambiĆ©n cuando JesĆŗs milagrosamente sanó a su suegra (Lc 4:38-39). Luego de todo esto, las enseƱanzas de JesĆŗs fueron sembradas en un terreno fĆ©rtil de su corazón.Ā
Por lo tanto, podemos deducir que todo lo anterior fue una amorosa preparación orquestada por Dios para ese momento en que Pedro recibirĆa el llamado de parte de JesĆŗs para ser Su seguidor. ĀæTe suena esto familiar? Bueno, aĆŗn hay mĆ”s con lo que nos podemos identificar al conocer el testimonio de este apóstol.Ā
Cuando finalmente sucedió el milagro de la gran pesca milagrosa, podemos observar cuĆ”l fue el verdadero y mĆ”s importante milagro de todos en ese instante: Ā«Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de JesĆŗs, diciendo: āĀ”ApĆ”rtate de mĆ, SeƱor, pues soy hombre pecador!āĀ» (Lc 5:8). Si has visto la serie The Chosen, quizĆ” puede servir para imaginar cuĆ”n conmovedor y poderoso tuvo que haber sido ese increĆble momento de la conversión de Pedro (si no la has visto, Ā”tienes que verla!). De igual forma, seguramente tambiĆ©n puedes verte a ti misma en este episodio de su vida, si recuerdas ese momento cuando decidiste responder al llamado de JesĆŗs.
A partir de ese glorioso dĆa, Pedro dejó sus barcas y redes; lo dejó todo por seguir a JesĆŗs (Lc 5:11). Dejó de ser un simple pescador, para comenzar a ser lo que JesĆŗs lo llamó a ser: Ā«un pescador de hombresĀ».Ā
Una vida nueva
Empezó una vida totalmente nueva. Aunque muchas veces el carĆ”cter impulsivo que caracterizaba a Pedro lo llevaba a cometer locuras, Ā”tambiĆ©n revelaba su genuina lealtad! Por esta razón, tuvo grandes oportunidades y privilegios que los demĆ”s discĆpulos no tuvieron. Pues fue Pedro quien obtuvo una revelación especial de Dios acerca de la verdadera identidad de JesĆŗs como el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Mt 16:16-17). Se convirtió en un lĆder y portavoz para los demĆ”s discĆpulos (Mt 15:15; Mr 11:21; Lc 8:45; Jn 6:6), y junto a Juan y Jacobo, Ā”Pedro era considerado uno de los discĆpulos Ćntimos de JesĆŗs! Sólo ellos presenciaron algunos milagros especiales, como cuando JesĆŗs se transfiguró en el monte (Mt 17:1) y cuando resucitó a una niƱa (Mr 5:37). De igual forma, fue solamente a Pedro y a Juan a quienes se les dio la tarea especial de preparar la Ćŗltima cena con JesĆŗs (Lc 22:8).Ā
Ā”QuĆ© privilegio ser un amigo Ćntimo de JesĆŗs!
Ese carĆ”cter entusiasta e impulsivo, y muchas veces imprudente, iba siendo poco a poco moldeado por la gracia del SeƱor. Creo que puedes saber a lo que me refiero, ya que Pedro es usualmente conocido como el discĆpulo que negó tres veces a JesĆŗs despuĆ©s de haberse jactado de que nunca lo abandonarĆa y que hasta morirĆa por Ćl (Mt 26:69-75). Esto JesĆŗs ya lo sabĆa y se lo habĆa predicho (Lc 22:33-34). TambiĆ©n, fue Pedro quien tuvo una gran crisis de fe, que lo llevó incluso a poner su vida en peligro al quitar sus ojos de JesĆŗs, y a hundirse en medio de una gran tempestad (Mt 14:28-31). Pedro fue quien, inconscientemente, fue utilizado por SatanĆ”s cuando intentó desalentar a JesĆŗs sobre continuar con Su misión de padecer en la Cruz (Mt 16:22-23); y, por si fuera poco, Pedro fue quien atacó al siervo del sumo sacerdote cortĆ”ndole la oreja cuando estaban por arrestar a JesĆŗs (Jn 18:10-11).
Ahora bien, si analizamos cada uno de estos sucesos podemos comprender a Pedro e incluso identificarnos con sus actitudes. Cada uno de ellos nos revelan que, en verdad, sus intenciones provenĆan de un corazón que anhelaba agradar a Su SeƱor, aunque no supiera, ni pudiera, hacerlo de la manera adecuada debido a su pecado. Creo firmemente que Ć©sta es una de las razones por las cuales Pedro era considerado uno de los tres discĆpulos Ćntimos de JesĆŗs. No era debido a sus habilidades o destrezas, sino por su corazón.
A pesar de que se habla mucho de la ocasión cuando Pedro negó a su Maestro, no se habla tanto de la gran desilusión y del desÔnimo que Pedro experimentó después de hacerlo. La Biblia nos relata que Jesús miró a Pedro en el momento exacto en que le negó, lo cual provocó que Pedro llorara amargamente (Lc 22:62) y que incluso volviera a su antiguo oficio de pescador sufriendo, nuevamente, una gran crisis de fe.
Una crisis de fe
Pero es gracias a esta crisis que pudo experimentar una vez mĆ”s una restauración Ćŗnica y especial por parte de JesĆŗs. Ā”Pudo volver a encontrarse cara a cara con la inmensurable gracia de Dios! Esto sucedió cuando JesĆŗs, despuĆ©s de haber resucitado y justo antes de ascender al Cielo, se encargó de ir por Pedro para restaurar su fe y reafirmarle su propósito, recordĆ”ndole por quĆ© y para QuiĆ©n habĆa sido elegido. De tal manera que, despuĆ©s de haberlo negado tres veces, JesĆŗs ideó en ese momento una manera en la que Pedro pudiera responder tambiĆ©n tres veces al llamado que Ćl le habĆa hecho desde el dĆa de su conversión: ser un pescador de hombres (Jn 21:15-19).
DĆas despuĆ©s, Pedro, junto a los demĆ”s discĆpulos, recibieron al EspĆritu Santo de Dios que JesĆŗs les habĆa prometido para que pudieran ser Sus fieles testigos e iniciar lo que, hasta el dĆa de hoy, conocemos como la Iglesia de Cristo. Pero fue Pedro en especial, a diferencia de todos los demĆ”s, quien tuvo un papel fundamental en la edificación de la comunidad de creyentes, pues JesĆŗs asĆ se lo habĆa prometido cuando en una ocasión le dijo: Ā«[ā¦] tĆŗ eres Pedro, y sobre esta roca edificarĆ© Mi iglesiaĀ [ā¦] Yo te darĆ© las llaves del reino de los cielosĀ» (Mt 16:18a-19a Ć©nfasis aƱadido).
Un cambio de nombre
Por esta razón, JesĆŗs habĆa cambiado su nombre de Simón a Pedro, que significa Ā«piedra o rocaĀ» (Jn 1:42). La nueva identidad que JesĆŗs restauró en Pedro, lo impulsó a cumplir con el propósito para el cual habĆa sido llamado. Un artĆculo de GotQuestions nos relata lo siguiente:
Ā«En el dĆa de pentecostĆ©s, Pedro fue el orador principal a la multitud en JerusalĆ©n (Hch 2:14ss), y la iglesia comenzó con una afluencia de cerca de 3,000 nuevos creyentes (v. 41) [ā¦] Ćl estaba presente cuando los samaritanos recibieron el EspĆritu Santo (Hch 8). Fue llamado a la casa del centurión romano Cornelio, quien tambiĆ©n creyó y recibió el EspĆritu Santo (Hch 10). De esta manera, Pedro "abrió" tres mundos diferentes y abrió la puerta de la iglesia a judĆos, samaritanos y gentiles. [ā¦] Ni siquiera el arresto, los golpes y las amenazas, pudieron amortiguar la determinación de Pedro de predicar a Cristo resucitado (Hch 5)Ā».
Ā”Wow! Y Āæsabes? Pedro sĆ cumplió con su palabra cuando dijo que estarĆa dispuesto a morir por su Maestro, pues JesĆŗs mismo tambiĆ©n le profetizó su muerte como mĆ”rtir (Jn 21:18-19). Su legado permanece hasta nuestros dĆas con las dos epĆstolas inspiradoras que escribió: 1 y 2 Pedro, entre los aƱos 60 y 68 d.C., las cuales estĆ”n fĆ”cilmente accesibles en la Biblia para nuestra edificación.
Querida amiga, realmente la historia de Pedro, como seguidor de JesĆŗs, es inspiradora y nos motiva a permitir que nuestros defectos puedan ser usados para la gloria de Dios. Recuerda, todo lo que Ćl anhela de nosotras es un corazón rendido a Ćl, para que, aĆŗn en nuestras debilidades, sea Ćl quien siempre sea glorificado.Ā
Ā«Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionarĆ” hasta el dĆa de Cristo JesĆŗsĀ» (Fil 1:6).
”Dios te bendiga!
Fuentes:Ā

DiseƱos: Frida GarcĆa