¿Quién es John Piper?

Dios, en Su divina providencia, ha dado a la iglesia universal hombres y mujeres piadosos cuya vida es digna de imitar. Uno de ellos es nuestro hermano en Cristo, John Piper. Este gran hombre se caracteriza por buscar que los seguidores de Cristo encuentren su máximo placer en glorificar y vivir para Cristo porque solo así es como el cristiano se sentirá satisfecho. Una de las frases más conocidas de Piper es: «Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más satisfechos en Él». John Piper ha dedicado su vida y ministerio a enseñarnos que es posible experimentar la satisfacción en Cristo, no importando nuestras circunstancias o temporadas de vida. 

¿Quién es John Piper? 

Su nombre completo es John Stephen Piper. Nació en Chattanooga (Tennessee) el 11 de enero de 1946, y es hijo de Bill y Ruth Piper. Su padre era evangelista y plantador de iglesias. Cuando él era muy joven, su familia decidió mudarse a Greenville, Carolina del Sur, donde pasó el resto de su juventud y se graduó en la preparatoria Wade Hampton. Se casó con Noel Henry en 1968, y juntos tienen cuatro hijos, una hija y doce nietos. 

Su llamado y ministerio 

John Piper ingresó a la universidad en el año 1964. Su propósito al ingresar era prepararse como médico, pero Dios tenía otros planes para él. En septiembre de 1996 enfermó de mononucleosis lo que lo llevó a perder tres semanas de clases de química orgánica por haber tenido que ser ingresado al hospital. Piper cuenta que, mientras estaba allí, escuchaba un programa de radio donde el pastor Harold John Ockenga predicaba cada mañana. Fue la manera en cómo este pastor presentaba las Escrituras lo que impresionó a Piper, deseando él hacer lo mismo también. Para este momento, él había contraído matrimonio con Noel Henry, por lo que cuando ella llegó al hospital para verlo, Piper le preguntó: «¿Qué dirías si, en lugar de estudiar medicina, ingreso al seminario?». La respuesta que escuchó de boca de Noel fue: «si Dios te envía ahí, yo iré contigo». Así fue que, a partir de ese momento, juntos se aventuraron en esta hermosa experiencia. 

Con los años, Dios le regaló a John Pipe un hermoso ministerio como predicador de la Palabra, pero, además, es escritor de más de cincuenta libros que han bendecido al pueblo cristiano en todo el mundo. Se desempeñó durante 33 años como pastor de la Iglesia Bautista Bethlehem en Minneapolis. Posee un Doctorado en Teología de la Universidad de Munich y es profesor y fundador de desiringGod.org y rector de Bethlehem College and Seminary. 

Dos ejemplos fuertes para Piper 

Así como Piper ha influenciado la vida de muchos cristianos (entre los cuales me cuento), él fue también influenciado por otros que vivieron antes que él. 

El primero es Jonathan Edwards. Piper dice: «Para mí se ha convertido en el maestro más importante, con la excepción de los maestros contenidos en la Biblia. Nadie, fuera de los maestros de la Biblia, ha logrado dar forma a mi visión de Dios y de la vida cristiana como lo hizo Jonathan Edwards». Lo que Piper  admiraba de Edwards era su pasión por la supremacía de Dios, cosa que llevó a Edwards, y después a John Piper, a anhelar con todo su corazón no desperdiciar su vida. 

Lewis fue el segundo autor que influenció la vida de John Piper, su manera de escribir y de presentar sus ideas fue lo que lo cautivó, llevándolo a ver que Dios no solo quiere que admire Sus regalos sino aún más Su gloria. 

Muestra que Cristo también es suficiente para hoy 

¿Por qué escribir de John Piper, y no de algún otro santo piadoso en la historia? Porque es realmente maravilloso escribir sobre alguien contemporáneo ya que el Señor, en Su gracia, le concede aún estar entre nosotros y eso, a su vez, comprueba que no sólo en el pasado se pudo experimentar el placer y satisfacción en Cristo, sino que hoy también podemos disfrutarlo.

Muchas veces pensamos que solo los antiguos santos lo pudieron hacer, pero nosotros ya no. Cuando, en realidad, esta experiencia no debe ser característica de los puritanos o de los reformadores, sino de todo verdadero cristiano. 

Sí, lo sé, nos ha tocado vivir en un momento en que el mundo se encuentra altamente desarrollado, con muchos avances científicos y tecnológicos, con muchos inventos humanos que nos dan entretenimiento y que aumentan la dopamina. Nos ha tocado vivir rodeados de personas que nos dicen: «vive para ti y solo para ti»; «la satisfacción está en ti y en nadie más». Éstas y muchas frases más. Pero ahora, más que nunca, en este mundo necesitamos demostrar que la verdad bíblica no ha cambiado, que sigue siendo inmutable, y que no solo lo creemos en teoría sino que es algo experiencial. Así como Piper, debemos entender que la gloria de Dios no tiene que ver con algo abstracto, sino que es algo auténtico y genuino, pues para la alabanza de Su gloria hemos sido creados (Ro 11:36; Is 43:7).

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Diseños: Vianela Valerio