Newsletter: ¿Cómo enseñar a mis hijos a guardar con gozo el día del Señor?
- Ana Zenón
- 14 mar
- 2 Min. de lectura
¿Amas que llegue el domingo? ¿Amas congregarte con la iglesia? ¿Amas los momentos de adoración? ¿Deseas que tus hijos también experimenten ese gozo en su corazón? Si tu respuesta es sí, entonces esta newsletter es para ti.
Lo que queremos hacer por medio de este escrito, amada hermana, es darte algunos tips para dirigir el corazón de tus hijos a guardar con gozo el día del Señor.
Habla con ellos con emoción acerca de lo que harán ese día: Esto puede y debe hacerse en el transcurso de la semana. Puedes hablar acerca de la ropa que usarán, la comida que comerán e, incluso, aquello que aprenderán. Recuerdo que en mi familia, cuando éramos pequeños, solíamos dejar la mejor ropa para el domingo, esto lo hacía aún más deseoso. Hazles ver a tus hijos que es un día único y especial, de modo que ellos anhelen con gozo su llegada.
Prepara con anticipación alimentos especiales para ese día: El día del Señor no debe ser recordado por los hijos como el día más molesto o aburrido, sino que deseamos que su corazón diga lo que el salmista: «Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él» Salmo 118:24 (RVR1960). Tal vez puedas hornear galletas, pastelillos, pan o alguno de sus postres favoritos un día antes y dárselos a comer ese día por ser un día especial, por ser el día del Señor.
Prepara todo con anticipación (ropa planchada, zapatos limpios, Biblias preparadas): ¿Cuántas familias se molestan antes de ir al culto? o ¿cuántas llegan con retardo? Todo esto puede deberse a no tener una preparación anticipada. Se evitarían cientos de discusiones si se preparara todo con anticipación. En lugar de salir enojados, con cara larga o llorando, podríamos salir gozosos, emocionados, expectantes a adorar al Señor. Esto se puede lograr si enseñamos a nuestros hijos a preparar su mente y corazón, así como a alistar su Biblia y mochila, su ropa y zapatos, etc.
Anímalos a adorar con gozo durante el culto: Los niños no deberían estar distraídos durante este tiempo, comiendo golosinas o platicando con otros niños. Debemos enseñarles que la razón principal por la que estamos allí es para adoración del Poderoso y Verdadero Dios. Podrá saludar a su amiguito, podrá hablar o comer, pero en un cierto tiempo y espacio. Durante el culto los niños también son llamados a adorar, ellos también forman parte del pacto que Dios ha establecido con Su pueblo.
Conclusión
He sido testigo de cómo muchas mujeres cristianas, en lugar de ver el día del Señor como un día de gozo y regocijo, lo ven como un día simple y monótono; un día donde el gozo está ausente y el afán está presente.
Amadas hermanas, deseo que el Señor nos conceda arrepentimiento, que abracemos Su perdón y produzca en nosotras un cambio interior que se vea reflejado en nuestro exterior. Un cambio que, al final de cuentas, consista en guardar con gozo el día del Señor y que también podamos ayudar a otros a honrar ese día a Dios con solemnidad y devoción.
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Escrito: por Ana Zenón
Diseño Eunice Arcia
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