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Teología y mujeres

Foto del escritor: Sofía Rodríguez Sofía Rodríguez

¿Qué es teología? 


La teología es el conocimiento de Dios basado en la revelación de las Escrituras.

No todo lo que se hace llamar «teología» lo es en verdad. Por eso es importante que podamos conocer y profundizar en el mensaje central de las Escrituras: la historia de la redención de Dios por medio de Su Hijo. 


¿Qué es ser un teólogo? 


Ser un teólogo es ser un estudiante de Dios. Se trata de alguien que aprende constantemente acerca de Él, cómo es Su persona, Su carácter, Su obra.  Hacer esto conlleva esfuerzo, dedicación, perseverancia, pero, aún así, es algo emocionante para cualquier creyente. Todos los hijos de Dios, sean hombres o mujeres, están llamados a ser «teólogos». El reto es ser «teólogos bíblicos», y esto se logra por medio del estudio de la Palabra, lo cual puede hacerse de manera profesional, en algún Seminario Bíblico, o de manera informal, leyendo libros de teología y doctrina en casa, en un grupo de amigos de la iglesia, etc.


¿Por qué estudiar teología?


Teniendo en cuenta el significado correcto de la «teología», podemos decir que estar capacitado teológicamente es una bendición que te ayuda a obtener más provecho  y discernimiento de las enseñanzas de la Palabra de Dios en otros contextos. Es un entrenamiento que luego te permite usar esas habilidades para servir a la iglesia dirigiendo un grupo pequeño, dando consejería bíblica; a través de la escritura, las redes sociales, etc.


El estudio de la teología, guiado por el poder del Espíritu Santo,  informa la mente, transforma el corazón y redirige las motivaciones más profundas de la persona hacia Dios. De esta manera, el creyente puede obtener una cosmovisión bíblica del mundo, de Dios y del hombre. Lo cual lo ayudará a vivir una vida que honre y glorifique a Dios según los propósitos redentores de Su Reino. Por eso podemos decir que estudiar teología es importante hasta para los que sirven las mesas porque, no importa lo que sea que hagas, siempre lo harás con un entendimiento profundo de a Quién honras con lo que haces.


Proverbios 9:10 dice que «el conocimiento del Santo es inteligencia». Entonces, si queremos ser mujeres sabias en nuestra manera de vivir como esposas, mamás, estudiantes, profesionales, siervas, a la hora de tomar decisiones, relacionarnos con los demás, etc., necesitamos el conocimiento práctico de Dios.


Muchas personas piensan que estudiar teología sólo se trata de estar entre medio de libros todo el día y leer mucho. Pero, si entendemos la teología como el estudio de Dios, de aprender y conocer más cómo es Él, esto nos va a ayudar a vivir una vida más abundante, dichosa y cerca de nuestro Señor, en una relación viva y floreciente con Él. Mientras más le conocemos, más le amamos y más entendemos cómo quiere que vivamos porque la teología sirve para la vida.


¿Por qué estudiar teología como mujeres?


Las mujeres, al igual que los hombres, tienen el deber de aprender y crecer en el conocimiento de las Escrituras. Podemos ver, a través de la Palabra, pasajes que hablan acerca de la importancia que tiene el estudio de Dios para las mujeres. En Lucas 10, el mismo Jesús se acerca y alaba a María por su disposición a entender Sus enseñanzas, y le dice a su hermana Marta: «“Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada”» (v. 41-42).


En Proverbios 1:8, vemos que la mujer debía conocer la ley y aprender de ella para enseñarla a sus hijos. Incluso, en el mismo pasaje que se prohíbe a la mujer enseñar y tener dominio sobre los hombres, Pablo le recuerda a Timoteo y manda a que ellas aprendan la Palabra de Dios (1 Ti 2:9-12).  Por lo tanto, las mujeres necesitan crecer en el conocimiento de Dios al igual que los hombres, y no limitarse sólo a «temas femeninos», por así decirlo, o a determinados libros. Ellas necesitan conocer los atributos de Dios y todas las aristas del Evangelio para poder aplicarlo a sus vidas. Como dice Tito 2:1-5: «Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada».


¿De qué manera somos beneficiadas por el estudio de Dios?


Son muchas las maneras en que podemos vernos beneficiadas al estudiar la Palabra de Dios y profundizar en ella siendo guiadas por el Espíritu Santo. El estudio de Dios:


  • Nos transforma y nos ayuda a gozar de Él cada día mientras cumplimos con el propósito para el cual nos creó: ser embajadores de Cristo.

  • Nos ayuda en nuestro devocional diario para escudriñar las Escrituras acorde a lo que Él dice, no acorde a lo que yo pienso o me imagino de Él.

  • Nos enseña a discernir la verdad del error por medio de Su Palabra.

  • Nos permite aconsejar a los demás con sabiduría y entendimiento.

  • Moldea nuestro carácter.

  • Nos permite servir a la iglesia y ayudar a nuestros líderes con la mirada puesta en Cristo, la cabeza del Cuerpo. 

  • Nos permite instruir a nuestros hijos en la sana enseñanza.  

  • Nos permite conocer a Dios en medio de la comunidad de creyentes.


¿Hay ejemplos en la Biblia de mujeres teólogas?


El hecho de que Dios haya limitado a los hombres el oficio pastoral y la enseñanza en el culto público no quiere decir que las mujeres carezcan de ese don o no pueden enseñar en otros contextos (mientras no violente el diseño de Dios de autoridad para el hogar y la iglesia). Ellas pueden y deben enseñar a sus hijos, a los niños, y esto lo vemos, por ejemplo, en Loida y Eunice, madre y abuela de Timoteo, que podían enseñarle porque ellas conocían las Escrituras de su Dios). También leemos el magnificat de María, el cual es una exclamación de alabanza de una mujer joven que conocía muy bien las Escrituras del Antiguo Testamento. 


Como dice el pasaje de Tito 2, las mujeres también pueden servir y enseñar la Biblia a otras mujeres. Ellas debían ser «reverentes y maestras del bien» (v. 3) en una sociedad donde había hombres rebeldes, habladores vanos, engañadores, mentirosos, glotones, etc. (1:10-12). Este llamado sigue vigente para nosotras hoy, «para que adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador en todo respecto» (2:10).


A su vez, ellas también pueden enseñar a los hombres en ciertos contextos donde la autoridad masculina no sea desplazada. En la Biblia, vemos que Abigail fue un instrumento en las manos de Dios para hacer desistir a David (su esposo) de lo que le quería hacer a Nabal. «Entonces David dijo a Abigail: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió hoy a encontrarme, bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has impedido derramar sangre hoy y vengarme por mi propia mano”» (1 Sam 25:33-34).


En Hechos 18, Apolos fue instruido por Priscila y Aquila, y él no se rehusó a eso. Aquí podemos ver a una mujer que, en medio de una conversación privada, sabía usar el conocimiento que Dios le ha dado de Sí mismo. Dios ha dotado a las mujeres con cierta sensibilidad que las hace aptas de una manera especial para este tipo de ministerio. Debemos aprovechar estas oportunidades con sumo gozo.


En conclusión, aunque el término «teólogo» o «teóloga» apareció mucho tiempo después, en la Biblia, y a lo largo de la historia de la iglesia, podemos ver a innumerables mujeres que Cristo vino a rescatar de la vana manera de vivir que el mundo enseña para que podamos vivir y servir con el diseño que Dios nos dio. Jesús nos compró con Su sangre a fin de que podamos exhibir la gloria del Dios que nos creó para ser mujeres.


Si hay algo que el mundo, el hogar y la iglesia necesita, son creyentes que asumen con gozo el llamado de Dios a conocerle, amarle y reflejarle.


Consejos prácticos para estudiar teología:


Si deseas hacerlo de manera formal, te aconsejo buscar un seminario centrado en las Escrituras. Pídele consejos a tu pastor o a hermanas maduras para dirigirte por el camino correcto. Luego, si el dinero es un impedimento, además de orar y confiar en Dios, puedes pedir una beca en tu iglesia o en el mismo instituto bíblico, la mayoría de ellos dan esa opción. Si tienes poco tiempo para dedicar a tus estudios, no te frustres, estudia la cantidad de tiempo y materias que Dios te permita, lo importante es que puedas poner en práctica el conocimiento a medida que Dios vaya obrando en tu vida. Busca una mentora que pueda preguntarte constantemente acerca de tus estudios, ore por ti, escuche lo que estás aprendiendo, etc. Mantén informada a la iglesia local de tus necesidades y dispón tu corazón para bendecir a otros con lo que vas aprendiendo, al igual que para tu familia.


Si prefieres estudiar teología de manera informal, te animo a hacerlo con la compañía de otras hermanas para que puedan compartir lo aprendido y el estudio sea más enriquecido. Ora e invierte en libros de sana doctrina, de teología sistemática y escoge un momento específico del día o de la semana, donde no tengas tantas ocupaciones, para leer, subrayar y meditar sobre las lecturas. Puedes buscar información extra para corroborar lo leído en páginas de sana doctrina y leer o escuchar a otros pastores, predicadores o maestras acerca del tema.


Recursos que te recomiendo:


-Teología Sistemática de Wayne Grudem

-Comentario Bíblico de Mattew Henry

-Biblia de Estudio de la Reforma

-Biblia de Estudio Teológico

-Fundamentos de la fe cristiana de John MacArthur

-Los atributos de Dios de Arthur Pink

-El conocimiento del Dios Santo de J. I. Packer

-Coalición por el evangelio

-9 Marks


 

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